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  • Maciej Makula

‘GESTOS INAPROPIADOS’ - SHAPING TOMORROW



El lenguaje corporal al hablar en público o ante la cámara revela los secretos del orador. Sin embargo, cuando esta afirmación no debe exagerarse, consideramos que la postura corporal puede delatar emociones, especialmente el estrés, el miedo a ser juzgado por los demás, la falta de concentración o el temor a hablar en público. Ciertos gestos pueden confundir al oyente y crear barreras invisibles.  


Son las manos las que transmiten la mayor parte de la información al público. Son como una pizarra en la que se escriben claramente los mensajes que lee el destinatario. Por eso, el conocimiento de los gestos y un entrenamiento adecuado ayudan a eliminar los errores gestuales básicos al hablar en público.


¿Qué debo hacer con las manos durante un discurso? La regla de oro es: si no pueden ver mis manos, no pueden ver mi discurso. Además, conviene recordar que existen los llamados ‘gestos inapropiados’ (inconvenientes, inadecuados) que se interpretan negativamente en la mayoría de las culturas. Muchas personas no se dan cuenta de cómo los gestos cerrados pueden influir negativamente en el público.





Los brazos cruzados son uno de los ‘gestos inapropiados’ más comunes: una persona con esta postura es juzgada rápidamente por los oyentes como cerrada, poco dispuesta a debatir y retraída. Otro gesto común es esconder las manos detrás de la espalda, que también parece poco natural y se percibe como una postura cerrada.


Según los expertos, el gesto más indeseable aún es mantener las manos o una mano en el bolsillo. En muchas culturas, esto se considera una falta de respeto, indiferencia e incluso degradante para el destinatario. La experiencia demuestra que este gesto es muy difícil de eliminar. Conviene recordar que, cuando hablamos en público, nos metemos las llaves, el teléfono o el pañuelo en el bolsillo, no metemos las manos ahí.


Hay que evitar el gesto del dedo índice, que implica órdenes, mandatos y sumisión absoluta. Las piernas cruzadas y tocarse la cara tampoco son bienvenidos. Dar la espalda al interlocutor al hablar también es una postura inadecuada. Por otra parte, al sentarse a la mesa, es aconsejable mantener las manos sobre la mesa, nunca debajo de ella.


Estos ‘gestos inapropiados’ crean una barrera invisible entre el orador y el destinatario. El público puede percibir que algo va mal y a menudo no se centra en el contenido del discurso, sino en esta frontera invisible que bloquea parcialmente el mensaje. Por lo tanto, hay que recordar utilizar gestos abiertos al hablar en público para facilitar una comunicación adecuada.


Los invitamos a la Conferencia de Comunicación que se celebrará del 1 al 7 de agosto de 2024, en Roma.


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